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Visitar Berlín por primera vez fue una experiencia única. Tuve la oportunidad de compartir estudio, BlackWork Company. Un espacio privado, acogedor, serio y profesional.
Durante la corta estancia allí, tatuamos esta pieza en el frontal de la barriga. Una simetría que acoge el perfil de dos mujeres, fundiéndose con Abstract Liquids.
Este año volveré a visitar Berlín, siento que es una ciudad muy en consonancia con mi trabajo, que acoge muy bien a las artesanas y artistas y tiene mucho que enseñarme.
En esta última visita a Valencia ha sido un reencuentro. Muchas clientas han vuelto al estudio para tatuarse de nuevo, comenzar otros proyectos, continuar procesos pendientes y plantearme nuevas ideas para seguir trabajando juntas.
Esto es algo que me hace especial ilusión. Conectar con las personas a las que tatúo crea un vínculo muy especial. Trabajo cada dia para dar el espacio a trabajar a gusto, entender y hacer entender lo importante de captar las ideas de cada una y que la confianza no falte nunca en algo tan personal. Trabajar juntas en este proceso, es algo que me arraiga al porqué de todo lo que hago. En el freehand, no soy yo sin ti. Busco siempre una horizontalidad entre las dos. Es un proceso conjunto, y eso es lo que lo hace único.
Varios proyectos grandes que destacar, como la espalda que hemos comenzado para Carmen y la manga a freehand que hicimos para Ainhoa, que confió en un empaste de colores.
Viajo a Bilbao dos veces al año, me acoge el estudio de Karratu Tattoo. Allí he formado una familia. El equipo de Karratu es una maravilla, desde la organización del trabajo, a la motivación y libertad creativa (diseño, serigrafía, fotografía, escritura…) hasta el resultado de cada tattoo.
Aprendo mucho de mis compañeras, entre todas me enseñan los valores de las corrientes del tattoo más moderno, disidente, autogestionado y que huye de lo establecido.
Las clientes que tengo allí siempre son un 10/10. Me dejan libertad absoluta, transitan genial las sesiones, y me hacen pasar los días muy acogida en el norte. Me gustaría seguir viajando a Bilbao de forma regular. Soportaré la lluvia a cambio de todo el amor que me bajo de vuelta al sur.
Sevilla me ha acogido siempre con los brazos abiertos. He trabajado junto a Jorge y La Mami. De las que aprendo mucho personal y profesionalmente. Siempre es un placer trabajar en Andalucía.
La Medalla Tattoo preserva sus principios, defiende el buen trato a la artesanía, lucha por el sitio que merecen las pequeñas artistas locales, colaboran y dan voz a través del tatuaje, la pintura, las militancias… siempre cerca de los valores que realmente nos representan.
¡En mi paso por allí tatué varias piezas! Esta en concreto, fue un tattoo freehand.
Vieja Escuela fue el estudio donde aprendí esta artesanía. Comencé con ellas en 2018. Rocío y Gastón me han enseñado todo lo que sé a día de hoy.
Son el lugar de mi origen, de donde vengo. Allí empezó mi camino como tatuadora. Ser aprendiz no es fácil, ni rápido, ni gratificante siempre. Mucha gente no tiene la oportunidad de serlo.
Por eso agradezco haber tenido estos maestros para conocer: Todos los valores del tatuaje tradicional, del gremio de tatuadores, de los orígenes de todos ellos, los diferentes estilos, el trato al cliente, el cariño y la pasión por lo que hacemos. Por enseñarme a tatuar.
Berlín me ha acogido por segunda vez, de nuevo en Blackwork company. Han sido unos días muy tranquilos, donde los clientes con los que he trabajado me han aportado calma y me han traído proyectos muy reconfortantes.
La gran mayoría han sido trabajos a freehand, entre ellos, hemos dado por finalizada una manga abstracta completa, la cual ha significado mucho para su dueña, ya que arrastraba tattoos antiguos con los que no se sentía nada cómoda. El trabajo añadido cover fue un proceso delicado, pero los fluidos nos han permitido integrarlos perfectamente.